lunes, 13 de junio de 2011

Nuevo reglamento europeo de productos de la construcción que sustituye a la Directiva en 2013

El Consejo de la Unión Europea aprobó el 28 de febrero pasado el nuevo Reglamento europeo de productos de la construcción por el que se establecen condiciones armonizadas para la comercialización de los productos de construcción.
El nuevo reglamento sustituirá a la Directiva de Productos de la Construcción a partir del 1 de julio de 2013, fecha en la que quedará derogada la Directiva.
Este nuevo reglamento es una disposición de rango legal más amplio que el de la Directiva. Por ese motivo, no será necesario realizar ningún proceso de transposición en cada uno de los Estados miembros de la UE, sino que será de aplicación directa una vez publicado en el DOUE.

Su entrada en vigor se realizará en dos etapas, a los veinte días de su publicación, entrará en vigor una parte de lo articulado: objeto, definiciones y aspectos relacionados con los organismos que intervendrán. La Directiva de la Construcción seguirá vigente. Y a partir del 31 de julio de 2013, entrará en vigor todo lo articulado y la Directiva quedará derogada.

La nueva reglamentación introduce cambios, entre los que destacan:
• La certificación CE de conformidad será sustituida por una Declaración de Prestaciones, documentos que tiene un especial protagonismo. Los fabricantes deberán redactar esta declaración al introducir un producto en el mercado que esté cubierto por una norma armonizada o sea conforme con una Evaluación Técnica Europea.
• El marcado CE tan solo se colocará en los productos de la construcción respecto a los cuales el fabricante haya emitido una Declaración de Prestaciones. Con el marcado CE, el fabricante asumirá la responsabilidad de la conformidad de su producto con las prestaciones declaradas.
• El DITE, Documento de Idoneidad Técnica Europeo, será reemplazado por la Evaluación Técnica Europea, de la cual la Comisión tiene que definir el formato.
• Finalmente, también se consideran aspectos de la vigilancia de mercado relacionados con la aplicación del Reglamento núm. 765/2008 del Parlamento Europeo y del Consejo sobre requisitos de la acreditación y la vigilancia del mercado relacionados con la comercialización de los productos.

lunes, 6 de junio de 2011

EXPERTOS ALERTAN SOBRE EL AUMENTO DEL RIESGO DE INCENDIO SOBRE URBANIZACIONES CERCANAS A BOSQUES


Los incendios forestales han arrasado cerca de 22.000 hectáreas entre el 1 de enero al 30 de mayo de 2011, casi 2.000 hectáreas más que en el mismo periodo de 2010, aunque representan un 15 por ciento menos de hectáreas que la media del decenio (23.827), según datos del Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino (MARM). Ante los primeros incendios de la temporada, como ha sido el de Ibiza, donde han ardido 1.500 hectáreas, 10 viviendas y ha sido necesario el desalojo de personas en urbanizaciones, hoteles, etc., los expertos en tecnologías para la prevención y extinción de incendios forestales del Comité Sectorial de Defensa contra Incendios Forestales de TECNIFUEGO-AESPI, Patronal del sector de seguridad contra incendios, alertan sobre los riesgos extremos de la temporada: tras las intensas lluvias, que han contribuido a una exuberante vegetación en todo el territorio peninsular, se espera un verano muy seco y caluroso. A ello se añade la proliferación en los últimos años de urbanizaciones y estancias de turismo rural y de aventura, cercanas al monte, con el consiguiente aumento del riesgo de incendio para la población.
Estas circunstancias estacionales, producen cada año en España miles de incendios quemando cientos de miles hectáreas, produciendo gravísimos impactos sociales y ambientales, pérdidas de vidas y bienes que ascienden a miles de millones de euros al año. Los incendios forestales representan además una amenaza para las urbanizaciones cercanas, que en los últimos años han crecido en toda la geografía española.
¿Qué ocurre cuando a pesar de todas las medidas de prevención los incendios se desarrollan? Localizado un foco, no pudiéndose controlar en su inicio, comienzan los trabajos de extinción y la conclusión final es idéntica. La escasez, falta y lejanía del agua para la extinción son carencias que se nos presentan cada temporada veraniega, y que retan a la sociedad a demandar de los responsables de las instituciones, a quienes corresponde la toma de decisiones, que activen las medidas de protección adecuadas y promulguen normativas que aporten soluciones.
DEFENSA CONTRA INCENDIOS CERCA DE LOS MONTES
Como hemos visto recientemente, los incendios forestales afectan en muchos casos a urbanizaciones lindantes a zonas boscosas, lo que exige extremar las medidas de prevención y extinción contra incendios en estas áreas.
Desde TECNIFUEGO-AESPI se recomiendan unas cuantas medidas elementales de prevención en zonas cercanas a montes, como son: vigilancia permanente, limpieza de ramas, separación de toda zona urbanizada del monte (al menos 25 m); que la urbanización tenga dos vías de acceso y evacuación alternativas de 5 m de anchura, cada una; acondicionar las urbanizaciones y dotarlas de sistemas de protección y extinción de incendios, como extintores, bocas de incendio equipadas, hidrantes (aparato hidráulico que conectado a una red de agua surte de caudal a los bomberos), mangueras para uso profesional y servicio duro, retardantes y aditivos para mezclar con el agua y multiplicar su eficacia tanto en extinción como en prevención, ignifugación de los materiales, como en el caso de las fachadas de madera, vallados, …; videovigilancia a través de cámaras de infrarrojos conectadas a centrales de alarma; etc…
SOLUCIONES
Redes de hidrantes:
Posiblemente el problema más importante en un incendio forestal, es la disponibilidad de agua en la zona del incendio, para que los medios de extinción puedan recargar sus equipos. Por ello, se recomienda la instalación de redes de hidrantes, en las urbanizaciones y zonas habitadas colindantes con masas forestales, para que en caso de incendio, los bomberos y equipos de intervención puedan recargar sus vehículos, y proteger más adecuadamente estas zonas de alto riesgo.
En países como Francia, Suecia o Alemania se observa la instalación de hidrantes en zonas rurales, de montaña o agrícolas, en tal dimensión que se hace habitual verlos fundiéndose con el paisaje.
Hoy en día las redes de hidrantes en áreas forestales son posibles gracias a productos innovadores que facilitan este tipo de instalación, como los sistemas de tuberías en polímeros reforzados especialmente diseñados para su aplicación en redes contra incendios para zonas forestales y urbanas. Además, actualmente se están estudiando nuevas líneas de desarrollo que incluyan el suministro de retardante de largo plazo de baja corrosión así como de corto plazo (espumógenos y aditivos para el agua ) que favorecen la extinción y refrigeración de las zonas afectadas, en la línea de hidrantes, pudiéndose establecer tratamientos preventivos y multiplicar la eficacia de estas redes.
Estas tuberías están diseñadas para ser instaladas directamente en suelos pedregosos utilizando como relleno el propio terreno, evitando así la costosa retirada de material y el transporte del nuevo relleno, lo que la hace especialmente indicada para su instalación en zonas forestales.
TÉCNICAS DE SIMULACIÓN
Existe un amplio desarrollo en el área de la investigación de incendios forestales, en zonas localizadas, mediante la herramienta de la Simulación de Incendios, mediante FDS. De esta forma, se pueden utilizar las técnicas y herramientas de simulación de incendios más avanzadas, para investigar incendios producidos, analizar y/o verificar riesgos de zonas concretas, incluso estudiar la efectividad de los medios de protección en caso de incendio forestal.
Nuevos vehículos contra incendios:
Camiones de última generación con categoría G (todo terreno), que permiten a los cuerpos de bomberos llegar y trasportar sus equipos y reservas de agua por zonas de difícil acceso.
Estos vehículos están equipados entre otros elementos, con potentes bombas capaces de alcanzar presiones de agua de hasta 25 bar en media presión y 40 bar en alta presión, mangueras de incendios de alta presión para uso profesional y servicio duro, de elevada resistencia a las duras condiciones de este tipo de incendios, y lanzas de caudal regulable, con posibilidad de bajos caudales, monitores telemandos desde interior de cabina para el ahorro de agua, etc.
Actualmente, se pueden encontrar en los operativos de extinción de las comunidades autónomas camiones polivalentes que puedan aumentar su eficacia aplicando agua con aditivos o retardantes, que dependiendo de las condiciones del incendio, reducen el tiempo de extinción y que protegen ante la reignición, de forma que se disminuye, de manera muy importante, el consumo de agua y por tanto se aumenta el tiempo de autonomía frente al fuego de las brigadas de intervención.
Agua reutilizada:
Otra alternativa investigada por los fabricantes dedicados a la seguridad contra incendios es la alimentación de los equipos (hidrantes y BIEs) con agua reutilizada. Así, la reserva disponible para extinción de incendios será menos dependiente de los otros consumos circunstanciales, y la información sobre los conductos o caminos por los que llega el agua a los hidrantes será más útil para la estrategia de lucha contra el fuego.
Entre otras ventajas, se señala además que con el uso de agua reutilizada, la presión del agua incluso podría llegar a ser regulada o modulada al efecto, al no suponer apenas perjuicio para otros consumos y servicios. La reserva de agua puede ser dimensionada con más garantías y conocimiento de las prestaciones posibles tanto para los hidrantes accionados por la primera dotación que acuda a un incendio, como para los puntos en que demanden agua las dotaciones que acudan en refuerzo de la inicial.
Nuevos retardantes/aditivos para evitar la propagación.
Se entiende por RETARDANTES, todos aquellos productos aditivos que mediante mecanismos químico-físicos, pueden retardar el avance del fuego y si su intensidad lo permite, incluso llegar a pararlo. Se han realizado avances en el sector del CORTO PLAZO con la optimización de espumógenos y aditivos para agua, etc., que optimizan la capacidad enfriadora de la misma , consiguiendo unos tiempos de extinción muy notables, dificultando la reignición y el avance del incendio en las áreas tratadas durante un corto período de tiempo Al mismo tiempo son biodegradables, no corrosivos y cumplen con la directiva europea 2006/122, libre de PFOS´S Por su gran capacidad para vaporizar, disminuyen rápidamente los humos tóxicos generados en el incendio y refrigeran el área de actuación de las brigadas de a pié. Permiten la protección de amplías áreas, ayudando a confinar el fuego en su perímetro y dificultando su penetración en ellas, lo que puede ser de gran ayuda en las labores de evacuación y reorganización.
Las nuevas líneas de investigación han conseguido que, con porcentaje desde el 0,1% al 1%, se reduzca la tensión superficial del agua, facilitando su penetrabilidad y también mejorando su capacidad de enfriamiento. Al mismo tiempo producen un efecto de sellado que puede sofocar s el foco de incendio.
Se pueden aplicar con medios manuales, terrestres y aéreos, sin necesidad de cambiar de producto, sólo el elemento de aplicación. La realización de cortafuegos es otra posibilidad, así como la creación de escudos de refrigeración y protección a las brigadas de intervención.
Recordamos que su diferencia con los de LARGO PLAZO se basa en que el mecanismo de ignifugación de estos últimos consiste en la modificación del proceso de combustión de la vegetación, alterando el proceso de pirolisis, dando lugar a una carbonización del material combustible, en lugar de originar gases inflamables y actuando aunque el agua se haya evaporado.
Desarrollo de retardantes/aditivos de largo plazo terrestre
Para poder hacer viable este proyecto, y poder aplicar el retardante por medios terrestres sin tener problemas de corrosión, se ha desarrollado un retardante basado en la misma composición química del utilizado por medios aéreos, típicamente el polifosfato amónico, pero con un nuevo inhibidor de corrosión, que se muestra muy poco corrosivo para las aleaciones metálicas que se utilizan en los medios terrestres, como galvanizados, aluminio y bronces.
También, se han desarrollado los aditivos necesarios, como el pigmento y los viscosantes, que han posibilitado los retardantes/aditivos idóneos para su uso por medios terrestres, potenciando sus efectos en los tratamientos de la vegetación y causando un menor impacto ambiental.
La aplicación de retardantes/aditivos de largo plazo sobre combustibles, mediante medios terrestres (autobombas y cisternas), ha supuesto una nueva técnica: la creación de cortafuegos químicos con el objeto de facilitar el control del incendio, mediante la disminución de la energía/longitud de llama
Investigación y desarrollo del vehículo aplicador
Al mismo tiempo que el producto, se diseñó un vehículo especifico de aplicación de retardante/aditivo, partiendo de un chasis de batalla corta, al que se adaptaron distintos elementos con el objeto de potenciar la eficacia de los tratamientos y su operatividad. Estos elementos aportan grandes ventajas, entre ellas, una mayor autonomía de trabajo, por las aplicaciones que se realizan desde el cañón-turbina o los rociadores delanteros, una mayor autonomía de aplicación, al poder realizar tratamientos de hasta 4.000 m2 de superficie, seguridad en los trabajos de extinción, gracias a las propiedades ignífugas que dota el retardante/aditivo, que permiten atacar un incendio mediante el Método Indirecto.
Situaciones en las que está recomendado el uso de retardante de largo plazo terrestre
Incendios que amenazan viviendas, naves industriales, instalaciones y otros bienes que se encuentren en el interfaz urbano-monte
Incendios de gran energía: Un incendio forestal con longitud de llama de entre 10 y 20 metros, impide la permanencia de los medios terrestres a una distancia del frente de llamas inferior a 40/50 metros. El alcance de los autobombas en punta de lanza, queda entre 15 y 20 metros, por lo que con agua resultan inoperativos. No pasa lo mismo si se realiza un cortafuego químico a distancia del frente de llamas acorde con su velocidad de propagación, al llegar el fuego a la faja tratada disminuirá la velocidad de propagación y sobre todo, la intensidad. La longitud de llama bajará y se podrán emplear medios manuales o el autobomba con agua sola.
Apoyo a cortafuegos: Si la línea de fuego se apoya en un cortafuego químico, se tiene la seguridad, incluso en situaciones adversas, de que el fuego provocado no pase a la vegetación que pretendemos proteger.
Quemas controladas: El último informe realizado, que recoge la experiencia de una quema controlada en el Polígono de Maniobras de San Gregorio (Zaragoza), en la que el tratamiento del combustible se realizó por las propias autobombas de la UME, arroja los siguientes datos y conclusiones: “No existe medio más rápido para establecer una Línea de Defensa, que el tratamiento del combustible con retardante”.
La información recogida hasta ahora tanto del comportamiento del producto retardante/aditivo, como de sus ventajas en la aplicación, recomienda y justifica el uso de este tipo de productos, tanto en medios terrestres como por medios aéreos.
Como se deduce del presente documento, el desarrollo de nuevas herramientas y medios, diseñados específicamente para la prevención y extinción de incendios forestales, actualmente se encuentra en un nivel avanzado. La I+D de la industria española en la materia contribuye con sus investigaciones y desarrollos a que las administraciones públicas competentes dispongan de las medidas adecuadas para la conservación y protección de los bosques, sus ecosistemas y toda la riqueza natural.
Para más información: www.tecnifuego-aespi.org

viernes, 3 de junio de 2011

PROTECCIÓN CONTRA INCENDIOS EN COCINAS INDUSTRIALES:


El incendio es uno de los riesgos más comunes en la actividad hostelera. Según los datos de las compañías aseguradoras, durante 2010, se han producido alrededor de 5 incendios diarios en establecimientos hoteleros, sobre todo en las cocinas, con pérdidas anuales de millones de euros.
El propietario del establecimiento hostelero debe preocuparse, ya que es el responsable de prevenir el riesgo de incendio, de instaurar las medidas que protejan de la manera más eficaz contra un incendio a sus clientes y los bienes.
Para instalar estas medidas de protección, en primer lugar se debe evaluar el riesgo, en base a ello establecer un plan para la prevención de incendio, designar quién es el responsable de dirigir cada parte del plan de seguridad, dotar el establecimiento de medios de detección y extinción de incendios y evacuación de humos, señalización luminiscente, establecer las vías de evacuación adecuadas, realizar programas de formación preventiva entre los empleados, distribuir entre los clientes información sobre planes y cómo actuar en caso de incendio, y facilitar la intervención de los servicio públicos de emergencias.
Además, es imprescindible realizar un mantenimiento preventivo y correctivo de los equipos y sistemas de detección y extinción, y actualizar periódicamente el Plan de Evacuación y Emergencias cuando se han realizado obras en el edificio.

NORMATIVA

La normativa que afecta a los establecimientos hosteleros en España está recogida en el Código Técnico de la Edificación (CTE), en las reglamentaciones de las comunidades autónomas así como en las ordenanzas municipales correspondientes.

El CTE, como norma nacional, afecta todos los establecimientos hosteleros, y es de aplicación obligatoria en los proyectos y las obras de nueva construcción, de reforma de edificios o cambio de uso de los mismos.
En el CTE se establecen las condiciones que deben reunir los edificios, y los sistemas y equipos que hay que instalar obligatoriamente para proteger a sus ocupantes frente a los riesgos de incendio, para prevenir daños en los edificios próximos a aquél en el que se declare un incendio y para facilitar la intervención de los bomberos.

Por ejemplo, todos los establecimientos hosteleros deben cumplir una serie de condiciones de compartimentación, evacuación y señalización para “garantizar el confinamiento y control de incendios y facilitar la evacuación”. La norma realiza una definición de los requisitos de comportamiento al fuego de los elementos constructivos y materiales, para garantizar la estabilidad y resistencia térmica del edificio. Se determina la estabilidad ante el fuego exigible a la estructura portante del edificio, la resistencia exigible a los elementos constructivos, etc.

En la sección SI 4 Detección, control y extinción de incendios del CTE, se señala que los edificios deben disponer de determinados equipos e instalaciones de protección contra incendios.

En el caso de hoteles se regirán por el Uso Residencial Público. Las zonas de los establecimientos de uso Residencial Público destinadas a otras actividades subsidiarias de la principal, como cafetería, restaurante, salones de actos, locales para juegos o espectáculos, etc., deben cumplir las condiciones relativas a su uso.

INVERSIÓN

Los establecimientos hosteleros tienen una gran responsabilidad a la hora de proteger a sus clientes. Sucesos históricos han concienciado a los hosteleros de la importancia de la protección contra incendios. Recordemos los incendios en hoteles o en discotecas españoles, que dejaron un balance muy trágico en muertes y daños materiales.

Aún así, demasiadas veces observamos que se instala por las exigencias de la legislación y no por asegurar la protección del establecimiento, eligiendo el presupuesto más barato sin tener en cuenta la calidad y eficacia. Sin embargo, habría que valorar las consecuencias de una mala protección, las pérdidas, etc., porque el coste económico de una seguridad contra incendios en condiciones representa sólo un 5% de la inversión total, cuando se construye un edificio, y sin embargo, el que un establecimiento hostelero no esté protegido adecuadamente puede salir “muy caro”.

DOCUMENTOS DE CONSULTA

TECNIFUEGO-AESPI, como Asociación que reúne a las empresas dedicadas a la seguridad contra incendios realiza periódicamente documentos informativos para dar a conocer las últimas novedades legislativas y tecnológicas del sector. En este sentido, recientemente, se ha editado un documento sobre los “Requisitos mínimos que debe tener un sistema de extinción para la protección en cocinas”, y resulta una herramienta de gran utilidad para la instalación, inspección, mantenimiento y supervisión del sistema de extinción de una cocina profesional y/o industrial. Recoge aspectos relacionados con el diseño, la instalación, el funcionamiento, la prueba y el mantenimiento de los sistemas fijos de extinción de incendios para protección de cocinas, campanas de extracción, plenums, conductos y otros elementos que pueden estar presentes en las cocinas.

Otro consejo útil que recomendamos para garantizar calidad y seguridad es revisar que los productos contra incendios que se instalen lleven marca de calidad y / o Marcado CE, este último exigido por el CTE; y elegir empresas instaladoras y mantenedoras profesionales, autorizadas por las Consejerías de Industria de las Comunidades Autónomas, en los apéndices que señala el Reglamento de Instalaciones de Protección contra Incendios (R. D. 1942/1993, de 5 de noviembre) y que corresponden al trabajo a realizar.

Si se quiere tener la certeza de que la elección es la adecuada, las empresas asociadas a TECNIFUEGO-AESPI, disponen de ese marchamo de calidad y profesionales especializados y cualificados en cada una de las áreas de la seguridad contra incendios. Les recomendamos visitar nuestra web para consultas relacionadas: www.tecnifuego-aespi.org

VIDA ÚTIL DE LOS EQUIPOS DE SEGURIDAD CONTRA INCENDIOS


La actualidad ha puesto de relieve recientemente, la necesidad de una normativa que fije la vida útil de las centrales nucleares, dadas las especiales medidas de seguridad y control que este tipo de instalaciones requieren. En el caso de la seguridad contra incendios, no está de más recordar a profesionales y usuarios que muchos de los sistemas y equipos de seguridad contra incendios también “caducan”, y fijar una vida útil es muy recomendable para la garantía de la eficacia de funcionamiento.
Así, aumenta el número de expertos que recomiendan una normativa que fije la fecha de caducidad también en los equipos de PCI, dado que de su buen funcionamiento depende la seguridad de las personas, los bienes y el medio ambiente.
Los sistemas de PCI no son como otros equipos, cuyo funcionamiento está a la vista en todo momento, como la climatización, electricidad, etc. Así, al tratarse de instalaciones que casi siempre están sin actuar, puede ocurrir que no avisen de algún problema. Por otra parte, si en el momento de tener que actuar, el sistema no está listo, no hay opción de realizar correcciones para hacerlo funcionar. Además, los sistemas de PCI, si se ponen en marcha, trabajan en condiciones difíciles, tales como altas presiones, disparos súbitos, temperatura elevada, posibilidad de explosiones, etc.
Por todo ello, los sistemas de protección contra incendios deben ser fiables al cien por cien. El diseño, la instalación y el mantenimiento deben ser realizados por empresas profesionalmente cualificadas y autorizadas por los organismos pertinentes.
Para verificar que los sistemas de PCI han pasado por las fases de desarrollo, desde el diseño hasta la puesta en marcha y explotación, hay que realizar controles periódicos.
En la fase de diseño, debe ser controlada exhaustivamente la correcta aplicación de las normas y reglas de diseño. Respecto a la instalación y la puesta en marcha, la Inspección y el Control son primordiales, ya que un diseño impecable puede ser inutilizado completamente por un montaje defectuoso, sin soportes adecuados, con materiales de baja calidad, etc. Así mismo, las pruebas de presión, funcionamiento, etc. deben ser realizadas correctamente para garantizar los sistemas.
Una vez puesta en marcha y en funcionamiento, la instalación y el mantenimiento deben pasar controles. Según la reglamentación vigente, la empresa mantenedora no debe limitarse a recargar los extintores o a realizar las rutinas de mantenimiento exigibles hacia el resto de sistemas. También es responsable de elaborar un informe de resultados en el que se señale en general cualquier anomalía: ya sea por de roturas, por motivos de mala instalación, por la falta de adecuación del sistema al riesgo existente, o porque el sistema hay cumplido con su periodo de vida útil.
Los grandes fabricantes mundiales de sistemas de PCI, a través de las estadísticas obtenidas de los históricos de muchos años, establecen la vida útil de cada sistema, por lo que conviene consultar con el fabricante (o en su caso instalador o mantenedor) la fecha de caducidad. Tras este periodo deberían sustituirse todos los sistemas contra incendio de la instalación por equipos nuevos y, así, estar seguros de que se dispone, nuevamente, de un sistema operativo al cien por cien.
Desde TECNIFUEGO-AESPI, creemos que una mayor inspección y control de los equipos de PCI, que atienda a la vida útil de los mismos, llevará a una mejora de la calidad, eficacia y fiabilidad de los mismos, y por tanto a una mayor seguridad de las personas y los bienes.
(www.tecnifuego-aespi.org)